Fachada del aeropuerto Ernesto Cortissoz.

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El 'Cortissoz', sin carta de vuelo: remodelación cuestionada y ahora en el aire

Tras el laudo arbitral que dio por terminado el contrato de concesión.

El panorama del aeropuerto internacional Ernesto Cortissoz es incierto. Esa es la realidad después de que el laudo arbitral diera por terminado el contrato de concesión entre el Grupo Aeroportuario del Caribe SAS y la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).

Desde hace varios años se viene denunciando la poca altura o calidad que tuvieron las obras de remodelación a cargo del Grupo que está integrado por las sociedades Valorcon S.A. (41,50%); Equipo Universal S.A. (41,50%) e Inversiones Milenium Azcipo S.A.S. (17,00%), al tiempo que la interventoría ha estado a cargo del Consorcio Interaeropuertos S.A.S., conformado por Inzett S.A.S. (Alberto Gómez Kasperson), GNG Ingenieria S.A.S. (Jorge Gómez Falla) y J. Felipe Ardila V & CIA S.A.S. (David Ardila Briceño).

El concesionario recibió el contrato en 2015 y desde entonces el aeropuerto no estuvo acorde a los avances de la ciudad.

Barranquilla progresó a la velocidad de "un jet", pero cuando los usuarios o extranjeros llegaban al aeropuerto se encontraban con anomalías de infraestructura y detalles que atentan contra el bienestar de los pasajeros.

Para muchos connacionales y extranjeros se convirtió en un "martirio" pasar por el aeropuerto.

Lo peor del asunto es que la culminación de las obras se convirtieron en un "mar de promesas", sobre todo en el Gobierno del Presidente Iván Duque.

Las obras de remodelación debieron estar listas en 2020 y eso nunca ocurrió, en medio de goteras y tratos indignantes a los usuarios.

Ni qué decir de la fachada de la terminal aérea, que fue duramente criticada por los usuarios.

Pelea de alto vuelo

Por el incumplimiento en las obras, la ANI sancionó al Grupo Aeroportuario del Caribe SAS, concesionario que respondió con una demanda, con la que exigía el pago de indemnización o compensación $720 mil millones, por las afectaciones de la pandemia del Covid-19.

Incluso, el concesionario amenazó con la devolución de los recursos invertidos, si no era indemnizado.

Esto detonó un pleito en el Tribunal de Arbitramento, que dio por terminado el contrato (suscrito desde 2015 hasta 2035) y ordenó su liquidación.

Eso sí, el Tribunal no falló a favor de la indemnización que exigía el Grupo. Consideró que los efectos o impactos de la pandemia del Covid-19 no fueron culpa del Estado.

El concesionario y la ANI tuvieron varios encuentros, mediados por la Procuraduría, pero nunca llegaron a una conciliación.

Panorama incierto

César Méndez, Director Defensa Jurídica Nacional, habló el pasado miércoles con Atlántico en Noticias y Zona Cero, sobre el laudo que dio por terminado el contrato de concesión.

“Las inversiones no pueden continuar y se debe esperar un tiempo prudencial", indicó Méndez.

"Ahora viene la etapa del balance financiero para determinar quién le debe a quien”, agregó.

El Alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, también se pronunció sobre el tema del aeropuerto.

Afirmó el mandatario que la liquidación podría durar un año.

“Es un tema de voluntades y esperamos que la ANI reactive las obras pendientes entre 10 mil y 12 mil millones de pesos”, indicó Pumarejo a Atlántico en Noticias.

Fue claro en decir que la situación actual es un tema de voluntades.

El mandatario enviará un documento a la ANI para que se garantice la finalización de las obras.

También, consideró necesario que se elija otro operador mientras se realiza el proceso de liquidación.

Usuarios, los más perjudicados

La remodelación del aeropuerto está sin terminar y las obras en este momento están en el aire.

Los usuarios son los más afectados con este panorama incierto. Ya han sufrido con las goteras, los retrasos, las salas de espera, los aires acondicionados y demás anomalías.

No se sabe quién manejará o operará el aeropuerto después de que se efectúe el proceso de liquidación. El concesionario anterior fue un desastre al igual que el actual y más años atrás estuvo la Aeronáutica Civil, que tampoco dio la talla.

Barranquilla merece un aeropuerto con mejores condiciones y estética. Acorde al progreso de los últimos años.

El actual, no tiene carta de vuelo y su futuro está en el aire.